Ayer se cumplió el treinta aniversario del trágico día en el que ‘Grace Kelly’ nos abandonó tras un aparatoso accidente de tráfico en el que viajaba junto a su hija Estefanía.
Grace Kelly nació en el seno de una familia acaudalada de Filadelfia, su padre, Jack Kelly, fue un deportista de élite que consiguió tres medallas olímpicas así como una gran fortuna gracias a la empresa de construcción que había fundado. Su madre también era deportista y modelo, además de ser la primera mujer en dar clases de educación física en la universidad.
Pero no por ello, Kelly se quedó sentada, desde muy joven se enfrentó a sus padres y dejó el hogar que compartía con sus padres para conseguir el sueño que tenía desde que era una niña, ser actriz. Cuando tenía 20 años se mudo a la ciudad de Nueva York, donde trabajó de modelo a la vez que estudiaba interpretación en la “Academia Nacional de Arte Dramático”.
Tal era su belleza, que llamo la atención de Hollywood, por lo que los papeles no tardaron en llegar a sus manos. “Catorce horas”, “Solo ante el peligro”, “Mogambo” fueron las películas con las que comenzó su carrera en el mundo del espectáculo.
Kelly era una de las actrices favoritas de Hitchcock, con quien trabajó en tres filmes: “Crimen perfecto", “La ventana indiscreta” y “To catch a Thief”.
La retirada de la princesa
En su corta carrera cinematográfica, durante el rodaje del la película “Cazar un ladrón” coincidió en el hotel en el que se alojaba con el Príncipe Raniero de Mónaco, éste quedo prendado por su belleza. Comenzaron una relación que la obligó a retirarse del cine el día en el que decidieron casarse.
Su última película fue “Alta Sociedad”, en la que trabajó junto a Bing Crosby, con el que ya había trabajado en la película “The Country Girl”, película por la que fue galardonada con un Oscar a la “Mejor actriz principal” a la edad de 25 años. Ya había estado nominada con anterioridad a los Oscar, por su interpretación en el filme “Mogambo” al reconocimiento por “Mejor actriz de reparto”.
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